jueves, 21 de octubre de 2010

Vuelta a la vida casera

Este año estoy teniendo el privilegio de viajar muchísimo. Primeramente, he recorrido la península casi de punta a punta, y no siendo poco, disfruté de un estupendo mes en Malta. Entiendo que podáis pensar que soy una cabecita loca, sin otro particular que viajar y viajar. Pero la realidad es que está siendo, como siempre, la mejor excusa para crecer por dentro. Así que el eslogan de tanto trajín podría resumirse parafraseando un conocido anuncio de caldos: en vez de "¿cueces o enriqueces?" vendría a ser "¿viajas o enriqueces?". Porque está claro que en esta vida uno puede actuar de manera "mecánica" o, por el contrario, tratando de exprimir cada experiencia.


Sigo siendo el mismo soñador de ideas extravagantes, es decir, sigo inmerso en mi idea, imposible para algunos, de llegar un día a Marte. El submarinismo y tanto cambio de aires me suponen un esfuerzo y una capacidad de adaptación, que sé que me vendrán bien ahí arriba. Esto está siendo el mejor entrenamiento personal.


Como ya os imaginaréis, en el camino he conocido mucha gente y he vivido anécdotas muy divertidas. Así que ahora que vuelvo a la rutina y a la vida casera, espero actualizar el blog con más frecuencia. Y cómo, espero veros por aquí o por Facebook siendo fieles a mis aventuras :-)

martes, 15 de junio de 2010

Bangkok

¿Hace falta que os repita que me gusta organizar bien los viajes? Me suelo hacer unos apuntes con los lugares y posibles actividades de interés. No es que luego lo siga religiosamente, más bien todo lo contrario: me gusta saber por dónde me muevo, ya que a posteriori y ya inmerso en pleno viaje prefiero improvisar. Siento cierto gozo al leer sobre la historia del lugar, sus orígenes y evolución, de ahí que luego me guste perderme por las calles de donde transite.

Cuando andaba buscando información acerca de Bangkok me llamó mucho la atención un detalle: Bangkok significa "aldea de la ciruela silvestre", si bien en tailandés es conocida como Krung Thep Mahanakhon "la ciudad de los ángeles".

El viaje ha sido espléndido, con muy buenas temperaturas y un ambiente no muy húmedo. Había leído tanto sobre los monzones que andaba con algo de miedo, y aunque me pillaron un par de buenos chaparrones, no me puedo quejar. Dicen que noviembre y abril son los meses idóneos para venir, pero os aseguro que en mayo he estado de lujo. Eso sí, también he visto alguna tormenta eléctrica ciertamente espectacular.

Como os podéis imaginar me he subido al metro aéreo o skytrain y puse a prueba mi orientación: una vez más me perdí por lo que anduve parte de la primera tarde resituandome. No tengo excusa, aunque sí que es cierto que estaba muy cansado del viaje. Y cómo no, ¡me subí en un tuk tuk! Son unos triclos típicos y ciertamente incómodos pero que... la verdad, ¡es toda una atracción turística! A mi me hizo mucha ilusión subirme a uno, aunque entiendo que hay quien prefiere los familiares taxis con sus taxímetros... Y recalco lo del taxímetro porque cuando llega el momento de pagar, hay que andarse un poco al lío. También subrayo la idea de que tiene su encanto para trayectos cortos :-)

Los días posteriores coincidí con una pareja de franceses en el hotel y con ellos recorrí parte de la ciudad, por lo que las veces que nos perdimos fue más gratificante. Primero porque ya no me sentí tan tonto ya que perderte solo siempre da más "cosica", y segundo porque en lugares desconocidos pero sobretodo "desordenados" reconforta ir con alguien. Con esto quiero decir que puede resultar una lugar un poco caótico, ya que posee una distribución un poco... ¿cómo lo diría?... ¿"estresante"?... Pero lo bueno de perdernos en un par de ocasiones fueron los rincones que de otra manera no habríamos visto, pequeños lugares con un encanto especial.

Decenas de templos vistos y noches entre risas en Khaosan Road. Fue un viaje inolvidable y un lugar al que espero algún día volver.

viernes, 11 de junio de 2010

Tailandia

Hola chicos,

Siento no escribir más a menudo pero ya sabéis que ando de aquí para allá. No paro mucho y siempre trato de exprimir el tiempo al máximo... en fin, nada nuevo. Y ya sabéis que soy un poco inquieto y que no sé estar parado ni cinco minutos.

Os mando un par de fotos de Tailandia, de donde marcho hoy. Ha sido una experiencia muy enriquecedora, aunque ya sabéis que el país está viviendo un momento convulso ahora mismo.


Aquí estoy a los pies del templo Wat Rong Khun o Templo Blanco, que aunque no lo parezca está sin terminar y prevén terminarlo (si es que entendí bien al guía) dentro de unos 90 años. Os aseguro que es impresionante.

Esta otra es de Chiang Mai, la ciudad más grande del norte de Tailandia.

Aunque a primera vista no lo parezca , es una ciudad bastante moderna... así y todo, tuve el gusto de dar una vuelta subido a un elefante, y es que es bastante habitual que los turistas hagan travesías por las montañas o bosques cercanos a pie o en elefante, creo que para visitar a las tribus de la zona. Yo esto no lo hice porque debo confesar que anduve hasta tarde haciendo compras por los bazares y tiendas de la zona. Comí carne al curry picante, tortilla de gambas, rollitos de primavera, pollo frito de una manera rarísima pero que estaba super rico y, cómo no, arroz preparado de mil maneras distintas.

De momento poco más os puedo contar, porque ando con el tiempo justo. Debo coger un autobús sin falta, pero prometo escribiros de vuelta uno de estos días... ya os contaré cómo me fue por Bangkok, capital de Tailandia :-)

viernes, 12 de febrero de 2010

Perú

Siempre me ha gustado preparar los viajes a conciencia, aunque se trate tan solo de doblar la esquina. Cojo guías de viaje de la biblioteca, navego por internet en busca de opiniones, me hago unos croquis con el Google Maps...

Uno de los primeros viajes que hice con mis amigos fue a Perú. Nunca antes había cogido un avión, así que fue todo un acontecimiento. Recuerdo que la noche anterior estaba nerviosísimo, no pude apenas conciliar el sueño y no fue hasta estar en pleno vuelo cuando logré echar alguna cabezadita. Entre sueños, cacahuetes y refrescos el viaje se me hizo más ameno. Cuando llegamos a Perú saqué mis apuntes y... ¡a disfrutar!

Visitamos Lima donde tuvimos una sonada discusión sobre Francisco Pizarro (yo no sabía que fuera cacereño y ahora os aseguro que no se me olvidará en la vida). Descubrimos que la capital se trata de una gran urbe en la que, para nuestra sorpresa, se duerme poco: infinidad de comercios abrían las veinticuatro horas del día. Estuvimos en el Museo Nacional de Antropología, el Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera (todo un almacén de oro y plata), en la Catedral de Lima y la Iglesia de San Francisco. Podéis echarme la bronca, pero estuvimos en un par de playas de las que no recuerdo los nombres... y es que aunque resulte irónico no soy muy playero.

Por supuestísimo nos dejamos caer por el Machu Picchu saliendo de Cuzco y el Lago Titicaca, en Puno. En fin, qué más os puedo contar. Fue un viaje estupendo con momentos inolvidables del que guardo cientos de instantáneas. Seguro que esta no os deja indiferentes.

martes, 9 de febrero de 2010

Mi gato Zurraspas

Zurraspas rezuma alegría. Es un gato que cogimos hace seis meses de la protectora de animales. Desde entonces, como buen felino, se ha convertido en el rey de la casa. Tiene el pelo negro y los ojos amarillos. Apenas tiene un año y no tiene destreza: se resbala con frecuencia y a veces cae al dar brincos. Parece como si le pesara el culo. Es un torpón.

¡Aay!... Pero qué entrañables son los gatos. Me encanta cuando al volver del trabajo, abro la puerta de casa y se levanta hacia mí estirándose hacia arriba, como reencontrando su tamaño, tras muy posiblemente haberse pasado toda la tarde dormido hecho una bola. Se acerca sigiloso, me mira, se roza en las piernas y empieza a ronronear. Entones, siento la necesidad imperiosa de cogerlo y mimarlo. Lo subo al sofá y se pone boca arriba para que le toque la tripa, mientras juega con sus patas delanteras tratando de atrapar mi mano. Me muerde y me hace un poco de daño. Se ve que todavía no mide bien la fuerza, ni distingue el juego de la pelea. Se ofusca y sale corriendo.

Pero qué salaus son los gatos. Comen, hacen sus necesidades en la piedrecitas, se las limpias, las vuelven a marcar, duermen, juguetean, vuelven a dormir, se duchan a su manera y cómo no, piden mimos de vez en cuando. Es un negocio mutuo fácil de llevar. No causan demasiados problemas, sobretodo si les dejas que se hagan la cama sobre ti cuando te estás quedando dormido delante del televisor.

Y ahí empiezan los problemas: con la tele. Un día al gato se le cruzan los cables y decide que no puedes verla más. Empieza a conspirar para que no te enteres de lo que estás viendo. Maulla alto como cuando está en celo, se te roza por la cabeza porque entiende que lo último es que estés agusto, da algún salto en el que por supuesto se llevará algo por delante, te hace creer que está muerto de hambre pero cuando le viertes comida en el plato no prueba ni gota, rasga la última revista que compraste y que aun estaba por leer, y si es muy rencoroso, la marca y, cómo no... el más difícil todavía: se afila las uñas en el sillón nuevo que te costó una pasta.

Este es el tercer gato que tengo y, si bien los adoro, me voy a informar antes de que el tema se me vaya de las manos... si hace falta buscaré un encantador de gatos. Lo sé, esto me pasa por coger un gato común. Pero es que Zurraspas es tan salau...

lunes, 8 de febrero de 2010

El origen del universo

En la cosmología moderna, el origen del universo es el momento en el que se juntaron el plástico y las máquinas que tenemos actualmente en el universo Geobra, como consecuencia de una crisis empresarial (y no de una gran explosión como se cree en wikipedia).

Antes de la vida click, abundaban los microorganismos tipo caja registradora y balanzas de juguete. Lo que vino después es obvio, y estamos hartos de que nos lo explicaran una y otra vez entre clases de biología e historia. Aún así, para los más pequeños, seguiremos diciendo que los niños vienen de Zirndorf y no de París.

Quien quiera indagar en la fisiología click y sus entresijos filosófico-existencialistas, recomiendo
Playmobil: The Story of a Smile de Felicitas Bachman; para un paseo más que bien guiado por la historia de la humanidad click, no dejéis de leer La Historia con Playmobil de Richard Unglik.

jueves, 28 de enero de 2010

Peter Duke at Celebrities

Pedro Duque fue el primer astronauta español en viajar al espacio. Tuvo lugar el 29 de octubre de 1998 a bordo del transbordador Discovery (misión STS-95), junto con John Glenn, que entonces contaba 77 primaveras, y otros cinco compañeros: Curtis Brown, Steven Lindsey, Scott Parazynski, Stephen Robinson y Chiaki Mukai.

He aquí su aparición estelar en Muchachada Nui.