lunes, 31 de agosto de 2009

Treinta y uno de agosto

Cuando era pequeño el treinta y uno de agosto era sinónimo de frontera. Era la línea que separaba la diversión del verano, de la inminente vuelta al colegio. Nunca me costó volver a las clases, es más, siempre fui uno de esos chicos empollones que una semana antes del comienzo ya estaba nervioso, teniendo el sueño espantado noche sí y noche también. Estaba ansioso por comprar los lapiceros, rotuladores, reglas, cuadernos y demás material escolar que año tras año estrenaba, aunque tuviera el estuche repleto del curso anterior. Ni qué decir el olor de los libros de texto nuevos, recién sacados de la imprenta, humeantes de conocimiento como humea el pan recién cocido. Todavía no era consciente del significado de la palabra consumismo, si bien mi madre me echaba la charla -cual discurso político-, año tras año mientras forraba los libros . Era un evento casi místico para mi. Sentado a su vera cortándole el celo.

sábado, 22 de agosto de 2009

Cómo no, la "Gripe A"

Me está entrando el canguelo. Estamos en pleno verano y no hacen más que hablar de la "Gripe A". Desde luego, con las incógnitas que se presentan, casi que podrían denominarla "Gripe X", pero claro, eso sería dar una vuelta de tuerca más que crearía más alarmismo.

Estoy un poco preocupado. Debo reconocer que tengo la costumbre de andar con el buzo mojado de aquí para allá (no me miréis raro, los surfistas lo hacen y las mujeres los encuentran la mar de atractivos), y veo que con mi bronquitis crónica, la cosa pinta mal. Mi madre, que obviamente no apoya mi cosumbre de ir así vestido por la calle, parece que está cambiando de opinión. Dice que entre el traje, las gafas y el artilugio que uso para mis inmersiones seguro que no me la pegan. Su cumpleaños es en septiembre, ¿debería regalarle un traje igual? Uummm...

domingo, 16 de agosto de 2009

Uf!



Lo admito: soy un anfibio que odia la playa. Estamos en pleno agosto y frecuento tan poco la playa que sigo estando blanquísimo. Bueno, lo cierto es que tengo más marcas que un ciclista... Creo que debería quitarme el neopreno. ¡Uf, qué calor!

lunes, 3 de agosto de 2009

Hendaya

Hendaya es la primera ciudad francesa con la que topamos al cruzar la frontera desde Irún, Guipúzcoa. Es posible que el nombre os resulte familiar; es conocida por ser la ciudad donde se entrevistaron Franco y Hitler en 1940. Para más acontecimientos históricos ya sabéis: wikipedia tiene la respuesta.

Este soy yo tratando de andar por el paseo de la playa con mis estupendas aletas puestas. La instantánea es cuanto menos curiosa. El aeropueto de San Sebastián (Fuenterrabia) se encuentra muy cerca y por un instante me creí el protagonista de "Con la muerte en los talones".