miércoles, 11 de mayo de 2011

Semana Santa. Etapa II: Zamora no se visitó en una hora


La última vez que visité Zamora capital creo que apenas tendría unos nueve años, así que guardaba un recuerdo bastante vago, entre otras cosas porque llevaba parche en el ojo izquierdo para corregir mi ojo vago. Así que recalco, que además de recuerdo vago es más bien difuminado, porque ya por aquél entonces apuntaba maneras de miope.

Cuando visitas un lugar de chico siempre guardas recuerdos un poco distorsionados, sobre todo de cara al tamaño y las formas. De hecho, creo que todos de niños veíamos altos y esbeltos a nuestros padres. Pues bien, no me quedaba corto en mi recuerdo de la muralla de Zamora, porque cuando se afirma "Zamora no se conquistó en una hora", al ver tales murallas se entiende que fácil precisamente no tuvo que ser. Son de especial interés también el Castillo de Zamora -construido en la Edad Media- y la Catedral -que data del siglo XII y fue construida en tan solo 23 años.

Otro punto destacado en la ciudad es el río Duero, donde se puede disfrutar de un tranquilo paseo en los márgenes del mismo. En el barrio Olivares encontramos Las Aceñas, unos antiguos molinos alzados sobre el mismo río, donde antiguamente se hacía harina y donde hoy se encuentra el Centro de Interpretación de las Industrias Tradicionales del Agua. Tiene su encanto.

También anduvimos por diversos pueblos de la provincia como Tabla, Villarrín de Campos, Villalpando, Castronuevo, Malva, Fuentesecas, Toro, Ribadelago, Cional o el Lago de Sanabria y alrededores. Poco os puedo decir al respecto ya que solo fueron lugares de tránsito breve, pero desde luego El Parque Natural de Sanabria es de visita obligada. Entre pueblo y pueblo hay kilómetros y más kilómetros de tierras muy fotografiables; de hecho, uno casi parece estar dentro de la carátula del Yield de Pearl Jam, que dicho sea de paso, es un album muy apropiado para acompañar una visita de tal carácter. No contábamos con mucho tiempo para detenernos, así que espero regresar en breve por estos parajes y escribiros sobre ellos con más detalle. No mentía cuando os dije que vivimos toda una roadtrip, yendo de un lado para otro. Afortunadamente no terminó como Thelma & Louise.

jueves, 28 de abril de 2011

Semana Santa. Etapa I: Granja de Moreruela

¡No hay nada como unas vacaciones improvisadas! Esta Semana Santa la he disfrutado en tierras de Castilla y León, donde he vivido todo un "roadtrip" o lo que es lo mismo, yendo de un lado para otro con el coche.

Asentamos el campamento base en Granja de Moreruela, un pequeño pueblo de apenas 300 habitantes donde nacieron y crecieron parientes cercanos. Parece como si la vida se hubiera parado hace 40 años; las calles lucen suelos de asfalto deteriorado y las fachadas de numerosas viviendas no se terminaron de lucir (predomina el naranja de los ladrillos, tal cual). Si algo caracteriza al pueblo es su albergue para peregrinos, ya que por él pasa "La Vía de La Plata". Es habitual encontrarse con algún peregrino extranjero de vestimenta llamativa, si bien es cierto que nadie supera mis "pintas" con el neopreno... jeje.

Uno de los grandes atractivos del lugar es el Monasterio de Santa María de Moreruela, que se encuentra a unos 3,7Km del pueblo. Se puede ir en coche aunque os recomiendo que vayáis dando un paseo a pie o en bici. El camino es llano y se hace ameno, no se puede decir que la travesía sea excepcional, ya que a su paso solo se observan dehesas y árboles, pero dado que soy un urbanita de las aletas a las gafas, es una caminata agradable para interiorizar mínimamente el "viaje al pasado y los antepasados".

Para que os situéis un poco, este Monasterio cisterciense fue erigido entre los siglos XII y XIII, siendo declarado Monumento Nacional en 1931. Se conserva parcialmente, así que al llegar las ruinas que de él quedan no dejan indiferente: la bóveda y las columnas resisten entre hierba, musgo y una amplia familia de cigüeñas y nidos. A este enclave le debemos el nombre del pueblo que frecuentamos, ya que nació como granja del Monasterio.

Estos datos son meramente generales, pero si queréis saber más sobre este lugar, existe un Centro de Interpretación del Císter a la entrada del pueblo, el cual no pasa inadvertido ya que posee una arquitectura moderna que contrasta con el resto... Tienen una exposición permanente con una maqueta del Monasterio reconstruido.

Además del interés que suscita tal monumento, también hay otros aspectos interesantes en el pueblo... Las callejuelas, las gentes y sus historias. No hay nada como reencontrarse con el pasado, con el hombre que vivía de las tierras y los animales. Un pasado más reciente de lo que intuimos y del que recordamos.









[Desde este pueblo acudimos a Benavente, Zamora capital y varios de sus pueblos, además de León y Miranda de Duero. Puedes ver más fotos del viaje en mi Facebook]