Cuentan que los americanos al llegar al espacio repararon en que los bolígrafos no pintaban con gravedad cero. Así que para solventar el problema contrataron a una empresa que tras una inversión millonaria y diez años de espera, desarrolló un boli que pintaba en gravedad cero, poniéndolo "pa'riba", "pa'bajo", de 0 a 150 grados Celsius, bajo el agua... Vamos, ¡una gloria de tinta! Y cómo son las cosas que durante todo ese tiempo los rusos habían estado utilizando lápices. Ala, así de simple.
Esta historia me sirve como ejemplo, pero dicho sea de paso, se trata de una leyenda urbana: así lo afirma este enlace y así lo confirman estas palabras de Pedro Duque.
Así pues, hay cosas en nuestro entorno que son evidentes, pero que en ocasiones solo son obvias cuando nos las ponen en bandeja. Nunca mejor dicho:

Navegando por internet descubrí que algo fundamental en la alimentación de los cosmonautas es esta estupenda bandeja hecha a base de imanes, muelles y velcro. Esperemos que algún día IKEA oferte un menaje espacial más sofisticado. Y no, esta vez no probaré nada extraño en casa. Me basta con hacer malabares comiendo sentado en el sofá y tratando de no dejarlo todo perdido.